martes, 13 de septiembre de 2011

Querido amigo:

Jamás creí que pudiera tener todo lo que deseo; pero tampoco me explico todo lo que tengo que no quiero. 
Nada es llamado por mi para que venga, pero no soy reacia a las bienvenidas. De repente en un momento en el que ni siquiera te das cuenta apareces tú; alguien al que si puedes llamar amigo, alguien a quien en poco o en mucho todo depende coges confianza y empiezas a vivir tu vida junto a él, ya no la imaginas sin esa persona a la que la confianza y el cariño que le das es el máximo porque simplemente ya no puedes darle más. A quien le cuentas tus penas para que te de consejos y pueda abrazarte o consolarte; y tus alegrías ya que es una de las únicas personas que se puede alegrar de eso, de que tú seas feliz. Y poco a poco vas haciéndote inseparable, vas aprendiendo que por mucho que quieras hacer tu vida el siempre estará allí, en él puedes confiar, en él puedes apostarlo todo, ganarás. Él te quiere. El te quiero, que le dices a un amigo es un te quiero enorme, puede haber miles de obstáculos que cuando oyes el te quiero de un amigo te parecerán simples personas a las que tienes que esquivar en una calle llena de gente, ¿fácil verdad? es la facilidad que consigue simplemente una persona en la vida: tu mejor amigo. Sabes que él nunca te fallará, sabes que puedes apostar tu vida en él, ya que has contraído una deuda: no abandonarlo nunca. No es más feliz el que más tiene si no el que menos necesita, el tener más o menos amigos no te hace mejor, ni mucho menos. Yo puedo contar a mis amigos, los de verdad con los dedos de una mano y sí soy muy feliz junto a ellos

lunes, 12 de septiembre de 2011

La felicidad se encuentra en los lugares más recónditos.

-¿Sabe? Después de todos estos años, el único personaje que aún me cuesta perfilar es la muchacha con el vaso de agua. Está en el centro y sin embargo está como ausente.
-Quizá sea diferente a los demás.
-¿eh? y ¿por qué?
-No lo sé... Quizá cuando era niña no jugaba con los demás niños de su edad. Puede que nunca jugara.

                  - basta simplemente con jugar y disfrutar cuando niño, para así poder ser fuerte y saber reír a las dificultades cuando adulto.